viernes, 18 de mayo de 2012

Buscamos emociones, porque tal es la meta de todo hombre que se entrega a la voluptuosidad, y las buscamos por los medios más activos. No se trata de saber si nuestros procedimientos le gustarán o no al objetivo del que nos serviremos: se trata sólo de conmover la masa de nuestros nervios mediante el choque mas violento posible.
No cabe duda de que el dolor afecta mucho más intensamente que el placer y de que los choques que repercuten sobre nosotros como consecuencia de haber producido esa sensación en los otros han de tener una vibración fundamentalmente más vigorosa, y harán circular más violentamente los espíritusanimales, que, establecidos en las regiones inferiores en virtud de su esencial movimiento deretogradación abrasarán inmediatamente los órganos de la voluptuosidad y los dispondrán para el placer. 

Marques de Sade

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